Es en este paraje de campiña, territorio fronterizo de Jaén, a las puertas del Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, donde los descendientes saga de agricultores mantienen el cultivo del olivo que al menos se remonta hacia 1860. Fue entonces cuando los hermanos Calero emprendieron el negocio familiar que hoy se mantiene con la misma vocación del primer día, aunque adaptada a los nuevos tiempos.
Es en 1958 cuando Leopoldo Rama toma las riendas de la almazara familiar y comienza a comercializar el aceite de oliva familiar más allá de los límites de Jaén, exportándolo con éxito a otros puntos de España para hacer llegar al gran público un manjar todavía desconocido para muchos, directamente “del productor al consumidor”. Un concepto pionero que se adelantó a la incipiente industria olivarera del momento.
Ahora son su hijo Juan Antonio y su nieto Leopoldo quienes mantienen viva una tradición milenaria que ha dado como fruto el aceite de oliva premium Oro en Rama, un virgen extra de aceituna picual de la mejor calidad, seleccionada.